Lípidos en Nutrición Parenteral: De los lineamientos a la práctica clínica
Durante la Cumbre sobre Lípidos en la Nutrición Parenteral, un grupo de expertos de los cinco continentes y de renombre internacional en nutrición clínica, metabolismo de lípidos y farmacología, se reunió para evaluar la evidencia y desarrollar un consenso de declaraciones sobre el uso de emulsiones lipídicas intravenosas (ILEs) en diferentes grupos de pacientes y entornos clínicos. Las declaraciones del consenso se desarrollaron para ofrecer a los profesionales de la salud una orientación práctica sobre las cuestiones más comunes relacionadas con la provisión de las ILEs en la nutrición parenteral (NP)1.
La composición de ácidos grasos de las emulsiones lipídicas afecta al proceso inflamatorio
– Los lípidos son una parte integral de todo régimen de NP, ya que proporcionan una fuente de energía alta en calorías y ácidos grasos esenciales.
– Cada lípido tiene su composición específica de ácidos grasos y efectos biológicos, con características pro o antiinflamatorias, inmunoestimulantes o moduladoras2.
– Las emulsiones lipídicas que contienen ácidos grasos poliinsaturados (PUFA), omega-3 derivados del aceite de pescado, en particular el ácido docosahexaenoico (DHA) y el ácido eicosapentaenoico (EPA), tienen propiedades antiinflamatorias, inmunomoduladoras y antioxidantes (Fig. 1)2.
– La descripción de una nueva superfamilia de mediadores lipídicos, los mediadores pro-resolución especializados (SPM), ha ampliado la comprensión de las vías biológicas de cómo el DHA y el EPA resuelven la inflamación2.
Figura 1: La respuesta inmunoinflamatoria bifásica a una agresión traumática, caracterizada por un aumento de la generación de mediadores inflamatorios y, a continuación, un cambio hacia un estado inmunosuprimido antiinflamatorio, puede verse agravada por una preponderancia de los ácidos grasos ω-6, pero mejorada por la presencia de los ácidos grasos ω-3, DHA y EPA. DHA, ácido docosahexaenoico; EPA, ácido eicosapentaenoico; HLA, antígeno leucocitario humano; NFκB, factor nuclear κB.
El aceite de pescado que contienen las ILEs puede mejorar los resultados clínicos en adultos hospitalizados
El grupo de expertos afirma que hay pruebas suficientes para recomendar el uso de ILEs que contengan PUFAs omega-3 en una dosis de 0,1-0,2 g de aceite de pescado/kg/d como parte de las ILEs tanto para enfermos críticos como para pacientes quirúrgicos3.
La revisión sistemática y el metaanálisis más recientes de Pradelli et al.4 incluyen 49 ensayos controlados aleatorios (RCTs) con grupos de intervención y de control (n=3.641 pacientes) sobre la NP que contiene ácidos grasos omega-3 frente a la NP estándar (que no contiene ácidos grasos omega-3) en pacientes adultos hospitalizados. Investigando la eficacia clínica y los resultados de los parámetros de laboratorio, los autores muestran:
– Una reducción significativa del 40% en el riesgo relativo de infección.
– Una reducción significativa de 2,14 días de la duración de la estancia hospitalaria.
– 1,95 días de reducción significativa de la duración de la estancia en la UCI.
– Reducción significativa del 56% del riesgo de sepsis.
– Efectos beneficiosos sobre importantes parámetros de laboratorio4.
– El uso de la NP que contiene omega-3 supone un ahorro de costes frente a la NP estándar5.
Por lo tanto, la NP que contiene ácidos grasos omega-3 se asocia con ventajas estadística y clínicamente significativas en los resultados clínicos.