Manejo nutricional en pacientes COVID-19 con ventilación mecánica
La pandemia ocasionada por el COVID-19 es un reto mundial para las personas, los pacientes, los profesionales de salud y los sistemas de salud.
El COVID-19 puede provocar enfermedades críticas graves en pacientes con comorbilidades como enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer y enfermedades respiratorias crónicas, específicamente en aquellos de edad avanzada1.
Además, entre las consecuencias graves del COVID-19 tenemos la inflamación no controlada, la llamada tormenta de citoquinas2,3,4.
El síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) es una complicación grave del COVID-19 y la principal causa de mortalidad.
Los pacientes con SDRA tienen muchas probabilidades de requerir apoyo ventilatorio y, en consecuencia, terapia nutricional5.
Los lineamientos para pacientes con COVID-19 elaborados por ESPEN6 y ASPEN7 buscan ofrecer una orientación práctica a los profesionales de la salud referente a la terapia nutricional de los pacientes con COVID-19 en estado crítico. En cuanto al momento, la vía, la dosis y la monitorización de la terapia nutricional, las recomendaciones son muy similares a las de otros pacientes de la UCI ingresados con compromiso pulmonar y que requieren ventilación7.
¿Cuándo iniciar la NP?
La nutrición parenteral debe iniciarse si el paciente está en riesgo nutricional y la nutrición enteral es insuficiente y/o está contraindicada6,7.Debe iniciarse inmediatamente en los pacientes desnutridos8 o de alto riesgo7 si la nutrición oral o enteral no es factible.
Fig.1: Momento de la nutrición parenteral, suministro de macronutrientes y monitorización de la nutrición en pacientes críticos con COVID-19 6,7,8,9,10*Propofol: Fuente de ácidos grasos: contiene 1,1 kcal/ml; CRRT=Terapia de Reemplazo Renal Continuo | ** corresponde a 1,56 g de aminoácidos/kg/d; 100 g de aminoácidos parenterales equivalen a 83 g de proteínas11.
Además, los pacientes con COVID-19 corren el riesgo de desarrollar disfunciones gastrointestinales o isquemia intestinal. Por lo tanto, el umbral para cambiar a NP puede tener que ser más bajo. Todas estas recomendaciones son plenamente válidas para los pacientes con COVID-19 en posición prona (Fig. 1).
Aprovechar las propiedades antiinflamatorias del aceite de pescado
Los ácidos grasos omega-3 del aceite de pescado son precursores directos de potentes mediadores que desempeñan un papel clave en la resolución de la inflamación12. Los expertos sugieren que las fórmulas que contienen aceite de pescado pueden ayudar a eliminar las infecciones víricas7.
La NP que contiene aceite de pescado se asocia con efectos positivos estadística y clínicamente significativos en los resultados, como un menor riesgo relativo de infección y tasas de sepsis, y una menor duración de la estancia en la UCI y en el hospital13. Así, los ácidos grasos omega-3 son los únicos nutrientes específicos que los expertos recomiendan como parte del componente lipídico en las mezclas de NP en los lineamientos de ESPEN8 para la UCI.
Tener en cuenta las necesidades nutricionales tras el destete de la ventilación mecánica
Tras el destete de la ventilación mecánica, los pacientes corren el riesgo de tener problemas de deglución al reintroducir la ingesta oral. Esto debe ser evaluado a tiempo, con la derivación a un profesional de la salud debidamente capacitado si es necesario6.
Los pacientes también corren un alto riesgo de ingesta inadecuada de energía, proteínas y líquidos y, por lo tanto, es esencial controlar la ingesta oral durante la fase de convalecencia14.
ESPEN recomienda los alimentos modificados con textura para los pacientes con disfagia después de la extubación. Si la deglución no es segura, debe administrarse nutrición enteral. Si existe un alto riesgo de aspiración a pesar de la vía de alimentación post pilórica, debe considerarse la nutrición parenteral retirando la sonda nasoenteral mientras el paciente recibe entrenamiento para la deglución6.